Diariamente la empresa va registrando todos los movimientos, ya sean de entrada o salida de efectivo. A su vez, el banco hace lo mismo, registra todos los movimientos. Fijando una fecha de corte, mensualmente se puede tener un estado o reporte con los movimientos registrados en la cuenta de banco, sea corriente o tarjeta de crédito.
Es ahí donde se hace necesario hacer una Conciliación Bancaria, es decir, verificar que los registros de la empresa sean los mismos registros del banco, y en caso de que no coincidan, determinar la causa de las diferencias.
Hacer esta comparación es importante porque los resultados informarán la realidad sobre el efectivo disponible. Sino sabemos esto, se creerá que se dispone de cierta cantidad de dinero y sin embargo, hay menos… o más, además de distorsionar los estados financieros.
Será normal que el balance en el banco casi nunca coincida con la cantidad o las fechas de los movimientos registrados en la contabilidad. ¿Por qué? Porque hay transacciones que la empresa hace que no se registran inmediatamente en el banco, y, por otro lado, el banco realiza cargos a la cuenta que no se registran automáticamente en la contabilidad.
Entendiendo esto, en Cashflow te recomendamos realizar conciliaciones periódicamente, para eso toma en cuenta:
Registrar en Cashflow todos tus ingresos y egresos, no olvides los cargos bancarios, sean por servicios o impuestos, y los pagos de intereses recibidos del banco.
Revisa y compara los estados de las cuentas en el banco y en la contabilidad, es decir en Cashflow.
Utiliza la opción conciliar de cashflow para llevar un registro del proceso de verificación.
Identifica las diferencias entre la contabilidad y el banco.
Visualiza el reporte de conciliación para tener la información real sobre el balance actual y las transacciones en tránsito o que aún falta por conciliar.